Con una ubicación siempre cambiante y delimitada por un giro oceánico de 4 corrientes en el Atlántico norte, el Mar de los Sargazos se conoce habitualmente como la “Selva dorada flotante” debido al alga parda flotante del género Sargassum que puebla su superficie en cantidades masivas y de su importancia ecológica como corredor migratorio, región de reproducción y oasis de biodiversidad.